VOLVAMOS A LEER EL CONTRATO SOCIAL DE ROUSSEAU

Por: Ovidio Cardona Botero La república de Colombia tiene como antecedentes ideológicos dos hechos históricos que todos los gobiernos disimulan permanentemente para no pelar el cobre. La declaración de los derechos humanos el 27 de agosto de 1789 durante la revolución francesa y el libro del revolucionario suizo Juan Jacobo Rousseau, EL CONTRATO SOCIAL. Hoy en día cuando se habla de derechos humanos se quiere aparecer como una consigna o un embeleco de la izquierda revolucionaria ignorando que fue precisamente en la declaración de los derechos del hombre consultada por el general Antonio Nariño en la biblioteca del propio virrey español, quien era su amigo, que se baso la independencia de Colombia. Simón Bolívar tenía en alta estima EL CONTRATO SOCIAL de Rousseau y se dice que siempre tenía a la mano un raido ejemplar el cual leía con frecuencia. Rousseau sostenía que el hombre nace absolutamente libre, sin obligación de sujetarse ni a los padres, ni a la sociedad y que si lo hace es porque recibe una serie de contraprestaciones que le garantizan la supervivencia y la dignidad. A esas contraprestaciones le llamó EL CONTRATO SOCIAL. Se contrapone esta tesis a la de la monarquía que consideraba que Dios había designado a los monarcas y que ellos en su sabiduría gobernaban al pueblo sin ninguna obligación y que todo acto de gobierno era más bien un acto de bondad. EL CONTRATO SOCIAL es la justificación de todas las repúblicas en el mundo. De un repaso muy somero se observa que ya ni se habla de un contrato social y a los defensores de los derechos humanos hay que perseguirlos porque están afiliados a la subversión. No es sino revisar el estado de la salud, el empleo y la educación y nos damos cuenta que estos gobiernos no cumplen con el contrato social y que la violencia económica que se ejerce contra el pueblo es lo que desencadena todo tipo de violencias, algunas de las cuales les disgusta al máximo. Los gobernantes se disgustan cuando les reclaman los derechos y se comportan como monarcas. Como les molesta EL CONTATO SOCIAL: